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sábado, 18 de diciembre de 2010

SALAZAR Y ESPINOSA

 
Biografía de Salazar y Espinosa:

Al compositor Abel de Jesús Salazar se le conocía en Chinchiná (Caldas), lugar donde residió en sus últimos veintiún años, como "El Cantor de Chinchiná" y tuvo en esta población un bar que se llamó El Cantor, donde se reunían artistas, músicos y can­tantes.

Abel de J. nació el 5 de septiembre de 1910 en Jericó (Antioquia) y era hijo de Félix Salazar y Rita Acevedo; en la familia hubo mucho ambiente musical, pues tíos y otros familiares toca­ban algunos instrumentos de cuerda. De Jericó, la familia Salazar Acevedo emigró a Caramanta y de ahí pasó a Filandia (Quindío); en esta población Abel de J. frecuentaba la casa de su tío Daniel Acevedo Velásquez quien poseía una inmensa fonoteca y ade­más tocaba guitarra, dulzaina y unas campanas que hacía sonar con sus pies.

Daniel Acevedo le enseñó a tocar guitarra y a sentir el amor por la música, pero posteriormente se fue a Armenia, Medellín y Pereira donde se relacionó con José Macías, Obdulio Arias, Pacho Bedoya, Eladio Espinosa, Noel Ramírez y otros, que aunque to­davía no eran famosos, sí se les consideraba buenos músicos.

Formó entonces dueto con Eladio Espinosa, lo denominaron Salazar y Espinosa y cuando se separaron, Eladio se unió a Pacho Bedoya y constituyó el famoso Espinosa y Bedoya. Salazar y Es­pinosa grabaron melodías de la inspiración de Abel como el tango Triste desilusión y el bambuco Brindis por los muertos donde compartió autoría con Federico Buitrago. Posteriormente Salazar hizo dueto con Octavio Ríos; pero cuando se separaron este últi­mo se unió a José Macías conformando el famosísimo Ríos y Macías; por eso se dice que Abel de J., fue el iniciador de Espino­sa y Bedoya y de Ríos y Macías.

La primera composición de Abel de J. Salazar fue el tango Por tu culpa, en 1927, que la grabó como solista y luego regrabaron Noel Ramírez y Ospina y Peláez; fue muy amigo de Tartarín Moreira, Washington Andrade y José Barros entre otros, pero seguramente no fue tan bohemio como ellos.

El Conjunto América en 1942 le grabó el tango Frente a frente, que también lo cantaron Los Campaneros y el Dueto Suramericano; en 1945 el cantante chileno Pepe Aguirre le grabó la melodía Cruel incertidumbre que lo convirtió en un composi­tor conocido a nivel continental. El dueto argentino Llamas Barro­so le interpretó el pasillo Amor en silencio que fue dedicado a una prima que se anidó en su vida, pero que tiene música de Pacho Bedoya; el conjunto de Pedro Sánchez con la voz de Alberto Romero le grabó Vivir por no dejar y el bolero No estamos de acuerdo, aproximadamente en 1940.

La orquesta del maestro argentino Enrique Rodríguez le inter­pretó en 1971 el tango Dilema y razón y la milonga Serás peni­tente en las voces de Ernesto Falcón y Cruz Montenegro. El can­tante José Reynel le grabó Pobres los muchachos y Jugué al amor jugué al azar; pero es bueno recordar que el Conjunto América también le grabó el vals Optimismo; Jorge del Moral le interpretó la milonga Donde quiera que estés y Marfil y sus Montañeros le grabaron el pasillo Si yo pudiera y el vals Emma en la Odeón argentina.

También Los Yumbos le grabaron la zamba A los puertas del olvido y Embustera y la última conformación de Los Trovadores de Cuyo le interpretaron el pasillo Ayer no más ayer. Ospina y Peláez le grabaron las hijas del barrio. Abel de J. también es el compositor de la danza A las doce de la noche.

Eladio Espinosa, Octavio Ríos y Abel de J. Salazar en cierta ocasión viajaron a Bogotá, donde permanecieron un tiempo y allí se hicieron muy buenos amigos del caudillo Jorge Eliécer Gaitán a quien le gustaba que ellos le interpretaran la canción La pollita.

Abel de J. Salazar hizo el pasodoble Manuel Benítez "El Cordobés" y otro titulado César Rincón, una cumbia que le gra­bó Ricardo González y su Conjunto y un currulao titulado Los villancicos; se calcula que compuso unas cuatrocientas cincuen­ta canciones.

Tenía Abel de J. un perro que fue su compañero inseparable desde que era un cachorro; a este can le puso nombre y apelli­do, pues se llamaba Audel Boys y era tan noble que le llevaba de la finca al pueblo el almuerzo que todos los días le enviaba su mamá Rita; y cuando salían juntos en un maletincito que le ama­rraban al bozal también le cargaba las partituras y los manuscri­tos. A Abel de J. le gustaba la tertulia y contaba cuentos de es­pantos y brujas.

En Pijao (Quindío) conoció a Urania, una pariente y se ena­moró perdidamente de ella, le llevaba flores y serenatas, pero ésta nunca lo aceptó. A ella le dedicó el pasillo Amor en silencio, que en un principio tituló Urania. En 1952 Abel de J. Salazar se casó en Cali con la señora Blanca Osorio, a quien conoció en un velorio y con quien tuvo siete hijos; a ella dedicó el vals primavera. Abel de J. fue administrador de galleras y se le reconoció como gran chef.

Se cree que Brindis por los muertos lo compuso al ver cómo fallecía su tío Daniel Acevedo Velásquez, a quien después de una gangrena le amputaron una pierna y se desangró; pero tam­bién se cree que tiene que ver el que su familia tenía la tendencia al suicidio, ya que tres hermanos de Abel de J. se suicidaron: Aníbal, Ernesto y José. La versión original de Brindis por los muertos la cantaron Salazar y Espinosa y comienza con un rezo.

En el libro 1, folio 149, de la parroquia de San Francisco de Asís de Chinchiná y con fecha 29 de febrero de 1992 está la par­tida de defunción de Abel de J. aunque él falleció en el Hospital Universitario de Caldas de Manizales; su causa de muerte fue in­suficiencia respiratoria. La partida de nacimiento está en el libro 049, folio 0111 de la parroquia principal de Jericó.

Abel de J. fue el fundador de La Lira Pereira en la década de los años cuarenta; en esta misma ciudad y en Armenia formó parte de los Tríos Maguar y Los Turpiales.

2 comentarios:

  1. Fabio Nelson. Cordial saludo. Leí emocionado la biografía de Abel de J. Salazar, juglar que aunque antioqueño, tuvo fuertes vínculos musicales y afectivos con nuestra región cafetera, especialmente con Chinchiná. Quiero felicitarlo por su valioso esfuerzo para que las nuevas generaciones e investigadores de la cultura cafetera conozcan y no se olvide de la memoria colectiva las significativas composiciones de Abel, que antaño cantaron famosos intérpretes del continente americano. Atte. Jaime Fernández Botero.

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