Biografía de Los Cancioneros:
Luis Antonio Portilla nació en Popayán (Cauca) en 193 3; es de ascendencia peruana y en la familia hubo muchos ancestros musicales; era tal su afición por la música cuando niño, que sólo iba a la escuela porque le enseñaban canto, y recibió clases del maestro Pazos, primo hermano del gran compositor Efraín Orozco.
Cantó Luis Portilla en los coros de su escuela y posteriormente formó dueto con Alfonso Bravo, pero esto lo hacían únicamente por diversión. Más adelante Luis se aficionó a la música argentina gracias a la influencia que un tío le brindó; cantaba en sitios de diversión, muchas veces se trasnochaba y por ende algunos tragos de más; pero llegó el momento en que su madre no le aguantó este tren de vida:
-Luis: ¡no lo aguanto más!, ¡se va de la casa!
Luis se fue al barrio Bolívar de Popayán, donde con un compañero llamado Aníbal cantaron para unos comerciantes antioqueños y esa noche se ganó buen dinero. Al día siguiente Luis tomó el tren con rumbo a Cali y allí se encontró con un ciego; inmediatamente se pusieron a cantar y otra vez llovieron las monedas de cincuenta centavos. El ciego lo invitó para que siguieran a Armenia, pues él vivía allá; tres horas más tarde estaban en la capital del Quindío.
En Armenia Luis Portilla salió al comercio y en una esquina había un aviso que rezaba:
"Hoy gran debut de Estrellas Nacientes. Patrocina Caracol".
Llegó hasta la emisora y allí se encontró con el Conjunto Correa, que estaba encargado de acompañar a los cantantes aficionados que llegaban; fue donde el director artístico y le mintió piadosamente:
-Vea señor; yo soy un gran escucha de este programa (nunca lo había escuchado) y vengo directamente desde Popayán, para que me dejen participar en él.
Luis participó cantando los boleros Quinto patio y Viajera de Luis Arcaraz; el éxito fue clamoroso y se ganó el primer premio que consistía en un canasto grande que contenía un mercado como para dos meses y noventa pesos, que en ese tiempo era mucha plata.
Esto le sirvió a Luis para volverse integrante activo del Conjunto Correa, con el cual actuaba en las emisoras locales y con el que permaneció por espacio de dos años. Posteriormente viajó a Cali donde trabajó la guarnecida (zapatos); y allí, en un bar conoció a Eleázar Benítez, cuando éste tomándose un café, seguía con su voz las melodías que sonaban en la rocola. Luis se le acercó y le dijo:
-Joven; yo hago segunda voz.
Y esa noche quedó sellado el dueto que comenzó a presentarse en todas las emisoras locales; pero además Eleázar era sastre y, como dijimos, Luis laboraba en la guarnecida. Ya salían en los periódicos, cuando les dio por venir a Medellín a grabar un disco; el nombre del dueto era Benítez y Portilla.
Llegaron a esta ciudad a vivir en el barrio Villa Hermosa, consiguieron guitarristas, montaron canciones y muchas veces fueron a las fábricas de discos, donde les decían:
-La música está buena, pero la letra no sirve.
-El dueto está bueno, pero las canciones no.
-Eso no es comercial.
-Puede que algún día traigan algo bueno.
Tuvieron mucha paciencia y después de nueve meses, ¡por fin! David Ocampo les dijo:
-Vayan donde Félix Ramírez y Luis Bernardo Saldarriaga, que ellos son compositores muy reconocidos y les pueden dar repertorio.
Estos señores les dieron dos pasillos y así fue como Benítez y Portilla cumplieron el sueño de su vida... grabar.
Esto sucedió en Zeida de Codiscos; pero quince días después, ante el éxito de estas grabaciones, los llamaron para firmar un contrato. Hicieron otras diez canciones, entre las que se destacaron Llanto de dolor y Sin un reproche.
Este dueto duró hasta que a Eleázar Benítez le dio por casarse. En esa época Luis Portilla unió su voz a la del compositor Pedro Nel Isaza y formaron el Dueto Yarí, que grabó muchos pasillos, corridos y rancheras. Luis Portilla también grabó como solista en Discos Acenal el vals Vives conmigo y el tango Penas y dolor.
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